poema – 74
No te quiero
triste
pálida, mortecina
como una flor mustia
como un camino lleno
de abandonos
de ecos
como una casa colmada
de prematuros gritos
en una habitación
donde un puño
rompe la pared dura
de una rabia imparable
cierra los ojos
y en callada posición
respira
la ola de la ira
arrastra en su violencia
sombras y escombros
mas tu eres aire
oxigeno puro
entonces cierra la puerta
de la furia
y abre la puerta de tu alma
pues ella es luz
esparcida.
Escrito por Hervan Ortuzar, “KENOTO”